sábado, 22 de junio de 2024

     
    Lo simbólico puro
nos lleva a lo sagrado. De la mano de lo simbólico puro avanzamos por la senda que conduce hacia lo sagrado. Lo más importante en el arte (poesía, prosa, dibujo y pintura, en mi caso) está más allá de la razón. Pero un peligro acecha al artista: lo infra-racional. De lo supra-racional a lo infra-racional puede mediar sólo un mal paso. Y de esta forma puede suceder, sucede, que grandes artistas, sumidos en la vorágine caótica de lo simbólico, y por no ser filósofos a la par que artistas, se mueven simultáneamente, como ebrios, entre la más pura sacralización y la más abyecta profanación.

 
SIMBOLO PURO Y ALEGORÍA
    Hay un símbolo supra-racional que podíamos llamar símbolo puro. No es una idea apriorística expresada luego con imágenes. El símbolo puro expresa con imágenes lo que no puede ser expresado en una idea clara y precisa, aquello que no puede traducirse a idea racional, que no puede ser explicado con palabras. Deduzco que, para los estudiosos del símbolo, este participaría, en mayor o menor medida, de lo que llamo símbolo puro. Hablo de esos estudiosos que niegan a la alegoría el carácter de símbolo, por su carácter de idea apriorística puesta en imágenes. Pero una alegoría, cuando es arte, puede adquirir, adquiere, niveles de significación, de simbolización, que no estaban previstos... adentrándose en el terreno supra-racional del símbolo puro.