domingo, 13 de marzo de 2022

 

Tres aforismos encadenados
    Hay filósofos de tal altura y profundidad, que para llegar a ellos uno
ha de ser (a un tiempo) alpinista y espeleólogo.
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    Era de esperar: desde aquella altura las nubes ocultaban el valle.
    Y el espeleólogo acabó perdido en el oscuro laberinto de la caverna.
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    Pero mira: una luz en la caverna; al tiempo que afuera (allá arriba)
las nubes se disipan.
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